Cultura

Viernes, 04 de noviembre del 2005

Extrañamente muere científico australiano que estudiaba momia tirolesa

La muerte de un científico australiano que examinó el ADN de Otzi -la momia de 5.000 años hallada en 1991 en las montañas del Tirol, entre Italia y Austria- reavivó la leyenda sobre una supuesta "maldición" que afecta a todos los que entraron en contacto con ella.

Extrañamente muere científico australiano que estudiaba momia tirolesa

La muerte de un científico australiano que examinó el ADN de Otzi -la momia de 5.000 años hallada en 1991 en las montañas del Tirol, entre Italia y Austria- reavivó la leyenda sobre una supuesta "maldición" que afecta a todos los que entraron en contacto con ella.




Como el faraón Tutankamón, rodeado de una leyenda según la cual podía atacar a quien había perturbado su sueño eterno, también en el caso de Otzi, o el hombre de los hielos, se tejió una historia de muertes "sospechosas". El arqueólogo molecular Tom Loy, hallado muerto en Brisbane mientras terminaba de escribir un libro que reconstruía la vida de Otzi, es la séptima persona muerta tras estar en estrecho contacto con la momia. INFECCION EN LA SANGRE "Loy no creía en la superstición, como no creemos sus colegas. Estaba enfermo, sufría desde hace años de una infección en la sangre", dijo hoy uno de sus colegas del Instituto de Biología Molecular de Queensland. Según los estudios de Loy, Otzi fue un guerrero que murió a causa de las heridas sufridas en combate. Había herido a otros hombres, y a su vez ellos lo hirieron de muerte. El primero en morir tras el hallazgo de la momia fue el patólogo Rainer Henn, de 64 años, que falleció un año después en un accidente de tránsito mientras iba a dar una conferencia sobre Otzi. La segunda víctima fue Kurt Fritz, de 52 años, el experto en montañas que llevó a Henn hasta la momia. Poco después murió Rainer Holz, el periodista austríaco que filmó las etapas de la recuperación del cuerpo. El cuarto fue el turista alemán que halló la momia, Helmut Simon, de 67 años, que murió en una tormenta de nieve. Pocas horas después el jefe de la expedición de auxilios que rescató el cuerpo de Simon, Dieter Warnecke, murió de un ataque cardíaco. El año pasado se produjo la sexta muerte, la de Konrad Spindler, de 66 años, jefe de las investigaciones sobre el hombre de los hielos en la Universidad de Innsbruck, que sufría esclerosis múltiple. (Agencias)

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