Cada año unos cien mil peregrinos procedentes de todas las comunidades de Cusco, llegan hasta las faldas del imponente nevado Ausangate, en la cordillera oriental del Perú, para rendir homenaje a un Cristo aparecido milagrosamente en una roca, allá por 1870. Ellos caminan 8 kilómetros venciendo la altura, en medio de un intenso frío propio de los Andes, hasta llegar a la hondonada del Sinakara, a 4,600 msnm, al pie del majestuoso nevado, donde se encuentra el templo al Señor de la Nieve Resplandeciente. Inmersos en un sincretismo cultural-religioso, los hombres y mujeres andinos recuerdan con esta peregrinación, las mismas que hacían a sus sagradas huacas en la época del Tahuantinsuyu. Los caminantes bailan y cantan durante tres días con sus noches. Ello no sólo demuestra su resistencia física, sino también su resistencia cultural, pues a pesar de haberse negado su espiritualidad durante mas de 500 años, no olvidan a sus deidades propias de su cultura.
La peregrinación: Señor de Qoyllurit'i la increíble resistencia del hombre andino
Cada año unos cien mil peregrinos procedentes de todas las comunidades de Cusco, llegan hasta las faldas del imponente nevado Ausangate, en la cordillera oriental del Perú.