Gabriel García Márquez muestra distintas facetas de su prosa en su larga carrera como escritor y novelista. Sus obras han sido traducidas a una infinidad de idiomas y no hay nadie que no haya leído o escuchado, por ejemplo, ‘Cien años de Soledad’. En las páginas de sus libros podemos descubrir frases irreverentes, nostálgicas, lúdicas, únicas, y todas con un gran contenido. Es por ello que a continuación te mostramos una lista con sus mejores frases célebres y además adjuntamos el video de cuando fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura 1982.
1. El amor es eterno mientras dura. (Sólo vine a hablar por teléfono).
2. El primer síntoma de la vejez es que uno empieza a parecerse a su padre. (Memoria de mis putas tristes).
3. Locamente enamorados al cabo de tantos años de complicidad estéril, gozaban con el milagro de quererse tanto en la mesa como en la cama, y llegaron a ser tan felices, que todavía cuando eran dos ancianos agotados seguían retozando como conejitos peleándose como perros. (Cien años de soledad).
4. El cuerpo humano no está hecho para los años que uno podría vivir. (Del amor y otros demonios).
5. Volverán –dijo-. La vergüenza tiene mala memoria. (La mala hora).
6. La palabra mestizaje significa mezclar las lágrimas con la sangre que corre. ¿Qué se puede esperar de semejante brebaje? (Buen viaje, señor presidente).
7. Recuerda siempre que lo más importante de un matrimonio no es la felicidad sino la estabilidad. (El amor en los tiempos del cólera).
8. Un buen escritor puede ganar buen dinero. Sobre todo si trabaja con el gobierno. (Vivir para contarla).
9. …si yo hubiera sabido que mi hijo iba a ser presidente de la república lo hubiera mandado a la escuela… (El otoño del patriarca).
10. Es inútil que siga rezando. Hasta Dios se va de vacaciones en agosto. (Diecisiete ingleses envenenados).
11. Dice que se está muriendo por mí, como si yo fuera un cólico miserere. (Cien años de soledad).
12. Siempre he dicho que uno envejece más rápido en los retratos que en la vida real. (Buen viaje, señor presidente).
13. No estoy enfermo –dijo el coronel-. Lo que pasa es que en octubre siento como si tuviera animales en las tripas. (El coronel no tiene quien le escriba).
14. Si no le temes a Dios, témele a la sífilis. (Vivir para contarla).
15. Mi hijo nunca salía por la puerta de atrás cuando estaba bien vestido. (Crónica de una muerte anunciada).
16. Esa mujer es tu perdición…Te tiene tan embobado, que un día de estos te veré retorciéndote de cólicos, con un sapo metido en la barriga. (Cien años de soledad).
17. No esperaba nada –mintió. Volvió hacia el médico una mirada enteramente infantil-. Yo no tengo quien me escriba. (El coronel no tiene quien le escriba).
18. Si tienes ganas de cantar, canta –dijo el coronel-. Esto es bueno para la bilis. (El coronel no tiene quien le escriba).
19. Se necesita tener esa capacidad de buey que tú tienes para esperar una carta durante quince años. . (El coronel no tiene quien le escriba).
20. Soy libre y me vendo yo misma. (Del amor y otros demonios).
21. Era bella, elástica, con una piel tierna del color del pan y los ojos de almendras verdes, y tenía el cabello liso y negro y largo hasta la espalda y un aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de los Andes. (El avión de la bella durmiente).
22. …hicieron un amor tranquilo y sano, de abuelos percudidos, que iba a fijarse en su memoria como el mejor recuerdo de ese viaje lunático…Era como si se hubieran saltado el arduo calvario de la vida conyugal, y hubieran ido sin más vueltas al grano del amor. (El amor en los tiempos del cólera).
23. Las vainas de cama se arreglan con plomo. (Vivir para contarla).
24. El mar crecerá con mis lágrimas. (La mala hora).
25. Siento que la conozco menos cuanto más la conozco. (Del amor y otros demonios).
26. …y no hay mujer ni negra ni blanca que valga ciento veinte libras de oro, a no ser que cague diamantes. (Del amor y otros demonios).
27. Hace un siglo me cagaron la vida con ese pobre hombre porque éramos demasiado jóvenes, y ahora nos los quieren repetir porque somos demasiado viejos. (El amor en los tiempos del cólera).
28. No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad. (Del amor y otros demonios).
29. Era un desconocido más en la ciudad de los desconocidos ilustres. (Buen viaje, señor presidente).
30. Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra. (Cien Años de Soledad)
