El descubrimiento de un friso en una pirámide del sitio arqueológico de Holmul, en la provincia de Petén, cuna de la civilización maya, permitirá a los expertos realizar una nueva lectura de la historia de esta milenaria cultura.
El friso mide ocho metros de largo y dos de ancho, y fue calificado por su descubridor, Francisco Estrada-Belli, como “el más espectacular de los hasta ahora conocidos”. Explicó que contiene “datos históricos minuciosamente detallados” sobre una época de la que no se tenía ninguna información.
En conferencia de prensa, el arqueólogo guatemalteco indica que “la importancia del hallazgo radica en que cambia la percepción que se tiene sobre la cultura maya”. El experto señala la falta de rigor de la afirmación de que los mayas “hacían muchas guerras por razones rituales, cuando en realidad obedecían a un patrón: el afán de controlar territorios vecinos”.
“Siempre se nos ha dicho que los mayas eran pacíficos, extremo que no es verídico. Los mayas, como cualquier civilización, eran gente que por razones geopolíticas tenían enfrentamientos constantes”, puntualiza Estrada-Belli, quien califica estas guerras como “endémicas” y la causa última del colapso de la civilización Maya.
El sitio arqueológico donde fue encontrado el friso, había pasado desapercibido para los expertos, dada su pequeñez y la falta de infraestructura para llegar hasta allí, lo que en cambio no ha sido problema para los depredadores, que han causado destrozos considerables.