El diplomático Carlos Pareja Ríos, exembajador del Perú, calificó como “una medida extrema, pero necesaria” la decisión del Gobierno de romper relaciones diplomáticas con México, tras el asilo concedido a la ex primera ministra Betssy Chávez, procesada por su participación en el fallido golpe de Estado de diciembre de 2022.
“La ruptura no es solo por el asilo de Betssy Chávez, sino por toda una retórica del gobierno de López Obrador y ahora de su sucesora, Claudia Sheinbaum, contra el orden constitucional del Perú. Ambos nunca reconocieron al gobierno de Dina Boluarte, que era absolutamente legítimo”, sostuvo Pareja.
El letrado explicó que la embajada mexicana en Lima se había convertido en una sede “porosa”, al permitir el ingreso de personas con procesos judiciales abiertos. “En el caso de Chávez, ella estaba procesada en libertad, no había ninguna persecución. Sin embargo, la nota mexicana habla de una supuesta violación de derechos humanos y persecución política, lo cual no es cierto”, precisó.
Para el diplomático, la ruptura de relaciones “pone fin a esa porosidad” y nadie más podrá asilarse en la embajada mexicana. “Ya no hay relación diplomática, solo consular. Eso significa que no habrá embajada, aunque los consulados seguirán atendiendo temas de comercio, visados o estudios”, explicó.
Pareja también descartó un impacto económico o migratorio grave. “Todos esos temas —comercio, inversiones, turismo— los maneja el consulado. Pasada esta turbulencia inicial, todo se normalizará. El gobierno mexicano no esperaba una reacción tan firme; pensaron que podían seguir con esa retórica y seguir asilando a cualquiera que enfrente un juicio”, indicó.
Sobre la próxima decisión del Ejecutivo peruano en torno al salvoconducto para Betssy Chávez, Pareja señaló que se resolverá en los próximos días, conforme a los tratados internacionales. “Somos signatarios de la Convención de Asilo y siempre hemos sido respetuosos de esos compromisos”, recordó.
Finalmente, el exembajador explicó por qué la gestión de Dina Boluarte actuó distinto al caso de Nadine Heredia, asilada en Brasil en 2017. “Son gobiernos distintos y casos distintos. Nadine Heredia no era funcionaria pública; Betssy Chávez fue primera ministra y tuvo participación directa en el intento de golpe del 7 de diciembre. Por eso, esta es una situación mayor”, concluyó.


