Las economías criminales, incluyendo la extorsión, narcotráfico y minería ilegal, mueven aproximadamente US$ 13 mil millones anuales en Perú, infiltrándose peligrosamente en las estructuras del Estado.
Este monto supera ampliamente el presupuesto conjunto del Ministerio del Interior, el Poder Judicial y el Ministerio Público (US$ 5.500 millones), consolidándose como el "principal motor de la inseguridad" en el país.
Según advierte Ricardo Valdés, exministro del Interior, estas redes ilícitas financian "estructuras de sicariato, extorsivas" y generan lavado de activos, actuando como "agentes corruptores del primer nivel".
Compra de votos y moldeo de leyes
La sinergia entre delitos como trata de personas, tráfico de fauna y flora, así como el contrabando, crea un sistema paralelo con capacidad para corromper instituciones y ya no operan en la sombra, sino que "compran votos y moldean leyes". "Tienen un manejo tan alto de dinero (...) producen otras formas de delito", agregó el exministro.
Infiltración en el poder y normas a medida
La influencia criminal se materializa en normas que debilitan la lucha anticorrupción, como la prórroga del REINFO (que blanquea minería ilegal), reformas que limitan la definición de crimen organizado y la desactivación de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad.
Valdés sostiene que existen "conexiones entre normas que han salido y que favorecen" a grupos criminales, señalando infiltración en Legislativo y Ejecutivo. "El compromiso de estos funcionarios con la criminalidad es muy cercana", añadió, y defienden estas leyes buscando "beneficio propio" mediante donaciones o prebendas.
Riesgo preelectoral y defensa de fueros
Valdés alertó que "la política empieza a ser tomada por las economías ilícitas", con candidatos desconocidos que "responderán a sus intereses". Esto socava la democracia al permitir que grupos criminales "defiendan sus fueros" desde el poder. "La primera cosa que tenemos que cuidar es hacer un buen balance de quiénes van a manejar estas políticas", insistió.