Un crimen que estremeció a la región de Ica empieza a esclarecerse. El pasado 2 de abril, un ataque a balazos acabó con la vida de Luis Huarcaya Peña, su hijo José Huarcaya y el vigilante Joel Silva. Meses después, las autoridades capturaron a uno de los presuntos sicarios implicados: Rolando Rodríguez Gómez, ciudadano venezolano de 22 años.
Los hechos ocurrieron a las afueras del local “El Rincón de Catatus”, donde se celebraba una fiesta vinculada al sector minero. Luis Huarcaya, quien había trabajado como operador de sonido en el evento, salió del local pasadas las 2 a. m. para avisar a su hijo, que lo esperaba dormido en un camión. Mientras caminaba por la calle, fue interceptado por sujetos armados que le dispararon a quemarropa.
Al escuchar los disparos, su hijo bajó del vehículo y también fue asesinado. Luego, los sicarios descargaron sus armas contra el local. En su interior, el vigilante intentó resguardarse, pero fue alcanzado por un disparo en el pecho.
Las imágenes del ataque recién se conocieron porque el 10 de julio, Rodríguez Gómez fue intervenido en el Hospital Regional de Ica, a donde llegó herido tras un enfrentamiento con un policía vestido de civil. La policía ya lo tenía bajo la mira y, al registrar su vivienda, halló un arma y municiones que coincidirían con las utilizadas en el crimen.
NO SE DESCARTA QUE CRIMEN HAYA SIDO POR COBRO DE CUPOS
El caso generó conmoción, no solo por la brutalidad del ataque, sino porque las víctimas no tendrían ningún vínculo con el mundo delictivo. Aquella noche, incluso se especuló que el atentado estaría dirigido al cantante de cumbia Toño Centella, quien había actuado en el evento, pero se confirmó que se había retirado del lugar tres horas antes.
Rodríguez permanece detenido por siete días mientras continúan las investigaciones. La familia de las víctimas exige justicia, convencida de que sus seres queridos fueron asesinados por estar en el lugar y momento equivocados.
