Una historia que captó la atención mundial durante la pandemia por COVID-19 volvió a emocionar a los cusqueños. Jessie Katayama, el turista japonés que pasó siete meses varado en Aguas Calientes durante el confinamiento, regresó al Perú para sellar su amor en una emotiva ceremonia simbólica en Machu Picchu.
UNA CONEXIÓN ESPECIAL CON EL PERÚ
Esta vez no llegó solo ni como visitante. Lo acompañó su novia Yuki Inasawa, con quien decidió unir su vida en un acto cargado de significado. La ceremonia se realizó en la sede de la Municipalidad de Machu Picchu, donde el alcalde ofició una boda simbólica frente a funcionarios locales y vecinos que conocieron a Katayama durante su prolongada estadía en 2020.
“Estoy muy agradecido con el alcalde por preparar esta ceremonia. Es la primera vez que mi esposa viene a Machu Picchu y han pasado cosas increíbles aquí, como la petición de matrimonio”, expresó Jessie, emocionado.
Aunque el acto no tiene validez legal en el Perú, la pareja recibió un acta simbólica como recuerdo de un momento que marcará su historia. Machu Picchu fue para él más que una maravilla arqueológica: se convirtió en el escenario donde, en medio de la incertidumbre global, nació un vínculo con nuestro país y ahora también un nuevo comienzo.