A menos de dos semanas del inicio del año escolar 2025, los estragos de las fuertes lluvias en Tumbes han dejado en condiciones críticas a varias instituciones educativas, poniendo en riesgo el retorno de miles de estudiantes. En una inspección al colegio Jesús de Nazaret, en el distrito de San Juan, se constató que el agua y el lodo han inutilizado el material didáctico, dejando aulas en condiciones deplorables.
Infraestructura colapsada
El colegio de nivel inicial, que alberga a más de 60 niños, permanece cubierto de barro y con mobiliario escolar completamente destruido. Los libros, sillas y demás materiales han quedado inutilizables debido a la humedad y el contacto prolongado con el agua empozada.
"Nos hemos quedado sin material de mobiliario. Hasta ahora, no se ha acercado ninguna autoridad para darnos una solución", denunció Said Farías, trabajador administrativo del plantel.
El panorama se repite en otras instituciones de la zona, como las de nivel primario y secundario ubicadas en Cerro Blanco, donde el acceso sigue obstaculizado por el barro acumulado y las instalaciones se han visto seriamente dañadas.
Foco de enfermedades y plagas
Otro punto crítico es el complejo deportivo de Cerro Blanco, que debería ser un espacio de recreación para los escolares, pero actualmente se encuentra inundado y convertido en un foco infeccioso. La acumulación de agua ha generado una proliferación de mosquitos y zancudos, lo que incrementa el riesgo de enfermedades como el dengue y la leptospirosis.
"El calor y el agua estancada han hecho que los zancudos se multipliquen. Los niños no pueden estar expuestos a esta situación", señalaron preocupados los vecinos del sector.
A pesar de la magnitud del problema, hasta el momento no hay un plan de contingencia concreto por parte de las autoridades. Los pobladores aseguran que solo han recibido apoyo del Ejército para la limpieza de viviendas, pero no hay medidas específicas para garantizar la seguridad y el bienestar de los escolares.
Un inicio de clases en riesgo
Con la infraestructura escolar gravemente afectada, es incierto si las clases podrán comenzar el 17 de marzo, fecha programada por el Ministerio de Educación. Padres de familia y docentes exigen medidas urgentes para evitar que los niños pierdan el año escolar.
"El agua llegó hasta más de un metro de altura dentro de las aulas. No hay forma de que los niños estudien aquí si no se hace una intervención inmediata", explicó uno de los docentes afectados.
Los pobladores han solicitado la instalación de aulas prefabricadas o el reubicación temporal de los estudiantes a otros locales, pero hasta el momento no han recibido respuestas claras del sector educativo ni del Gobierno Regional de Tumbes.
