En las últimas tres semanas, tres turistas extranjeros han perdido la vida en diferentes sitios arqueológicos de Cusco, lo que ha generado gran preocupación y llamados a mejorar las medidas de seguridad y asistencia médica en estas zonas. Según Guido Bayro de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, los fallecimientos se debieron a condiciones de salud preexistentes de los visitantes.
Los incidentes ocurrieron en circunstancias donde los visitantes intentaron sin éxito reanimar a sus compañeros: Carlos Jorge Rubinstein, de 59 años y oriundo de Argentina, falleció el 17 de julio en el centro arqueológico Ollantaytambo; Clers Márquez, brasileño de 37 años, fue encontrado sin vida en un vagón de tren al regresar de Machu Picchu dos días antes; y Blas Luna González, un mexicano de 72 años, también murió en Ollantaytambo, sumando así tres las víctimas en menos de un mes.
FALTA DE INSTALACIONES MÉDICAS Y PROBLEMAS DE SALUD
Bayro señaló que no todos los centros arqueológicos cuentan con instalaciones médicas inmediatas, y que la responsabilidad de estos servicios recae en los municipios, según lo estipulado en los tickets turísticos. Reveló además que, según las autopsias, los viajeros ya padecían problemas de salud antes de sus visitas.
La situación ha generado alarma entre las agencias de turismo, quienes urgieron a las autoridades a implementar un seguro para visitantes financiado por el boleto turístico, una medida propuesta antes de la pandemia pero aún no realizada. También han solicitado la instalación de puestos de socorro inmediato, en un esfuerzo por proteger mejor a los turistas ante el crecimiento del turismo en la región.
