La tragedia reciente en Ayacucho, que dejó 17 personas muertas y varios heridos, ha vuelto a poner en el ojo público la peligrosidad de la Vía Los Libertadores. Esta carretera se ha ganado el apodo de "la ruta de la muerte" debido a los constantes accidentes causados por el mal estado de la vía y la imprudencia de los conductores.
Gritos de desesperación, llantos y charcos de sangre son escenas que se repiten constantemente en las carreteras del Perú. El accidente en Ayacucho, donde más de 10 personas perdieron la vida atrapadas y aplastadas por un pesado bus, es solo uno de muchos. Hace apenas nueve días, 12 personas murieron y más de 13 resultaron heridas cuando un bus que viajaba de Puno a Cusco se despistó y volcó.
La Policía acudió de inmediato con unidades de rescate y trasladó a los heridos al hospital Santa Rosa en Ayacucho. Este accidente se suma a la larga lista de tragedias en la Vía Libertadores. Según datos de Observatorio de Seguridad Vial, solo en 2023 más de 3 mil personas murieron y 58 mil resultaron heridas en 8712 accidentes de tránsito a nivel nacional. En septiembre de ese año, 25 personas murieron en otro accidente en esta misma ruta debido al mal estado de la carretera.
Pese a la importancia de la Vía Libertadores, la carretera carece de mantenimiento adecuado. No hay señalización, barreras de contención ni elementos de seguridad, dejando a los conductores en situación de alto riesgo. Esta negligencia se suma a la conducta temeraria de muchos choferes, que exceden la velocidad y no respetan las normas de tránsito.
En febrero de 2024, otro accidente en esta peligrosa ruta cobró la vida de una persona. Un auto y un camión de transporte de verduras chocaron debido al exceso de velocidad, sumando más dolor a la lista de tragedias.
El exjefe de la División de Tránsito de la PNP, Franklin Barreto, señaló al respecto: "La Vía Libertadores es una vía muy importante porque conecta a uno de los puntos turísticos más importantes del país, pero está desatendida. No tiene elementos de seguridad, señalización ni barreras de contención. Los conductores están a su libre albedrío, y si sumamos la conducta temeraria, las carreteras son peligrosas".
Solo un trabajo conjunto entre las autoridades y el cumplimiento de medidas de seguridad podrán poner fin a estas tragedias. Mientras tanto, la Vía Libertadores sigue siendo testigo de innumerables historias de dolor y pérdida.