Con un casco de motocicleta y pistola en mano, dos sujetos ingresaron a robar en una tienda de ropa en Moyobamba y todo quedó registrado en la cámara de seguridad.
Poco les importó la luz del día y mucho menos la gran afluencia de testigos para perpetrar su delito. Uno de los hampones ingresó y no dudó en encañonar a diestra y siniestra a quien se cruce por su camino.
En ese momento aparece en escena su cómplice, que lleva un gorro y una mascarilla para proteger su identidad. Juntos recolectan todo el dinero de este negocio, que aparte de tienda, sirve como agente bancario.
Exactamente un minuto después de ingresar al local, huyen en una moto lineal con rumbo desconocido.
Un caso similar se registró en Huacho, donde un delincuente con un casco de motocicleta puesto, ingresó a un local de una cadena de tiendas de conveniencia en una muy concurrida avenida. Tan solo le bastó con mostrarle su arma de fuego al encargo del negocio para iniciar su faena. En ese momento la cajera aprovecha el descuido del asaltante para ponerle llave a su caja. Sin embargo, su buena intención no fue suficiente, pues el facineroso se tomó todo el tiempo del mundo para llamarla y hacerla abrir su caja.
Incluso, una vez tenía todo el efectivo en su mochila, decidió llevarse un par de botellas del alcohol más exclusivo, quizás para celebrar más tarde su gran golpe.
