En Piura, un grupo considerable de personas acompaño el féretro de un niño de cinco años que murió a causa de una bala perdida durante una balacera. Estas personas eran conscientes que este tipo de ceremonias están prohibidas pero decidieron salir a la calle acompañando a los familiares del niño que se ha convertido en menos de 10 días en el segundo menor que muere por una bala perdida.
El pequeño falleció el domingo tras recibir un disparo en la cabeza, durante un enfrentamiento en el asentamiento Campo Polo, en Castilla.
Familiares, vecinos y amigos acompañaron y pidieron que las autoridades hagan algo para frenar este tipo de crímenes y que se haga justicia para que los asesinos de este pequeño sean capturados y reciban todo el peso de la ley.