Militares y policías llegaron al distrito de Pimentel, en la ciudad de Chiclayo, para intentar calmar a la población, que se encuentra aterrada porque los cuerpos infectados con COVID-19 son enterrados en los cementerios de la zona debido a la falta de crematorios públicos en toda la región Lambayeque.
La revuelta comenzó a las 4 PM, luego de iniciarse el toque de queda, y fue encabezada por el alcalde de Pimentel, Roberto Jacinto Purisaca, quien impidió que los cuerpos sean enterrados, pues teme que la población contraiga el coronavirus.
Para controlar la situación llegó personal de la Policía Nacional como el Ejército y tras cuatro horas pudieron dispersar a la población. Finalmente, el cuerpo del hombre fue enterrado en el cementerio El Carmen en una fosa común.
Este mismo panorama se vivió en el distrito La Victoria, los moradores impidieron que ingresen los cuerpos de los infectados con el virus al camposanto.
