Se trata de una ciudad sumergida no solo bajo el agua, sino bajo la desesperación. Huarmey, ubicada a poco más de 290 kilómetros de la capital, hoy tiene prácticamente a todas sus calles convertidas en riachuelos.
Un equipo de Panamericana Televisión registró los estragos que han originado el desborde del río Huarmey. Campos deportivos desaparecidos, vehículos sepultados, viviendas aisladas, instituciones bajo el agua e inoperativas, una comisaría bajo el lodo y hasta un hospital convertido en una laguna.
La emergencia se inició el último miércoles, tomando por sorpresa a los vecinos del lugar que dicen no haber visto nunca antes un desastre de tal magnitud. En el centro de la ciudad decenas de personas se han visto en la obligación de convertir sus azoteas en su nuevo lugar para dormir, pues los primeros pisos de sus viviendas aún continúan inundados.
No solo ropa, sino también electrodomésticos, muebles y hasta camas han quedado totalmente inservibles. Sin embargo, a menos de un kilómetro del centro de la ciudad, el panorama es aún más preocupante. Y es que si bien el agua y los víveres llegan en helicóptero cada cierto tiempo, muchos pobladores de Huarmey aseguran no haber recibido ni una botella de agua.
Cabe señalar que en los últimos días se han registrado saqueos a las principales tiendas de abarrotes del lugar, debido a la desesperación por agua y comida. Tras varios días en abandono, militares llegaron a la ciudad para salvaguardar la integridad de los pobladores y evitar más saqueos.
Sin embargo, esta parte del país sigue inundada y también está presente el latente peligro de un nuevo desborde del río, que no solo se llevó consigo bienes materiales, sino la esperanza de toda una ciudad.
