El propietario del gimnasio atacado en San Martín de Porres, identificado como Stefano, habló tras la captura de dos presuntos integrantes de la banda del Loco Alberto, señalados como los autores de los atentados contra su negocio. Los ataques ocurrieron el 15 y el 26 de octubre, cuando sicarios dispararon contra el local en plena vía pública.
Las detenciones se realizaron en San Juan de Lurigancho, donde la Policía halló explosivos y seis armas de fuego en poder de dos ciudadanos venezolanos. Ambos fueron capturados con la misma vestimenta que lucían en una fotografía difundida en redes sociales, donde posaban armados sobre una cama. Esa imagen, según las autoridades, fue clave para rastrear su ubicación.
Aunque la Policía mantiene cautela y continúa las pericias para confirmar su responsabilidad, el empresario aseguró que las amenazas no han cesado. “El Loco Alberto me sigue llamando. Ayer amenazó con ir tras mi familia porque conmigo no logra negociar”, contó.
Stefano explicó que su padre padece Parkinson y que el acoso constante ha afectado su salud. “Pido a las autoridades que restrinjan el acceso a los datos personales, porque usan información del Reniec para intimidar”, reclamó.
Por seguridad, el empresario ahora usa chaleco antibalas y contrató resguardo particular para él y su negocio. “Este sujeto dice ser amigo de la policía y que por eso nunca hay patrulleros cuando ataca”, denunció.
Pese al miedo, el gimnasio sigue abierto. “La comunidad nos apoya mucho. Vienen, entrenan, nos dicen que oran por nosotros. Este lugar es parte de su vida”, dijo con gratitud.
La Policía analiza los casquillos de bala y las armas incautadas para determinar si coinciden con los proyectiles usados en los ataques. Si se confirma su participación, el empresario podría dejar atrás semanas de amenazas y temor.


