Jesús Walter Huayta Artiaga, un taxista de Comas, quedó gravemente herido luego de ser impactado por otro vehículo la madrugada del último lunes. El fuerte choque ocurrió en la intersección de la avenida Universitaria con el jirón Los Incas, cuando el chofer de taxi iba a dejar a unos pasajeros tras culminar un servicio.
“Yo bajé la velocidad porque el semáforo me daba el pase. De pronto sentí el impacto… y no recuerdo nada más”, relató a Buenos Días Perú. El denunciante terminó con 28 puntos de sutura en la cabeza. También presenta lesiones en el rostro y continúa con secuelas físicas.
Uno de los pasajeros que lo acompañaba también resultó con heridas en la cabeza y costillas. Ambos aseguran que el otro conductor iba a alta velocidad y con las luces apagadas.
El otro conductor sería un policía
Según el acta policial elaborada tras el accidente, el vehículo que embistió al taxi era conducido por Manuel Jean Paul de la Cruz, de 23 años, quien figura como agente de la Policía Nacional del Perú. Sin embargo, hasta el momento no ha asumido responsabilidad alguna ni ha dado declaraciones públicas.
Lo más grave, según denunció el propio taxista, es que cuando intentó realizar la denuncia en la comisaría de Santa Isabel, fue impedido por los mismos agentes, quienes lo presionaron para que firmara una declaración en la que aceptaba haber estado ebrio, a pesar de que su dosaje etílico salió negativo.
“Me jalaban de un lado a otro y querían que dijera que estaba borracho. No es justo. Yo no tomo”, contó indignado.
Vehículo con historial de infracciones
El vehículo del policía, de color blanco y con puertas modificadas, tiene al menos ocho infracciones registradas, incluyendo papeletas por exceso de velocidad y no contar con revisión técnica vigente, una de las más graves y costosas.
La infracción más reciente, registrada en julio de 2023, es la M27 por circular sin revisión técnica, con una multa superior a los 2,600 soles.
Actualmente, Jesús Huayta no solo enfrenta dolor físico y emocional, sino también gastos médicos que en parte está cubriendo con su propio dinero, a pesar de tener SOAT. Su herramienta de trabajo —el taxi— quedó completamente destruida, y el otro conductor no ha aparecido ni se ha comunicado con los heridos.
“Me quedé sin trabajo, sin auto, con deudas médicas y encima quieren que yo sea el culpable. Si no fuera por la prensa, ni siquiera me habrían aceptado la denuncia”, aseguró.