Los comerciantes del mercado de autopartes “La 50”, ubicado en San Martín de Porres, vivieron momentos de caos luego de que la Policía Nacional capturara a dos presuntos extorsionadores. Indignados por los constantes cobros de cupos y ataques con explosivos, los vecinos rompieron el cerco policial e intentaron linchar a los detenidos.
Los agentes de la Dirincri habían interceptado a Johnny Miguel Melo Sosa, alias “Rata”, y Eugenio Alexander Gómez Espinoza. Durante la intervención, hallaron municiones de escopeta, artefactos explosivos y panfletos con amenazas claras: si no pagaban, “habría ríos de sangre”.
La tensión escaló cuando los comerciantes reconocieron a los capturados. Desafiaron a la policía, cruzaron la línea de seguridad y comenzaron a golpearlos. Uno de los agentes tuvo que disparar al aire para evitar que los lincharan en plena calle.
“Ya no aguantamos más. Nos amenazan, nos queman las motos, nos dejan cartas pidiendo plata. ¿Qué más quieren que hagamos?”, gritó uno de los comerciantes.
La amenaza no era nueva
Solo 48 horas antes, los extorsionadores habían dejado mensajes con amenazas de muerte. Al día siguiente, los comerciantes capturaron a tres sujetos y quemaron sus motocicletas como advertencia.
En paralelo, la policía solicitó apoyo de la UDEX ante el hallazgo de explosivos. El coronel Juan Carlos Montúfar explicó que los detenidos portaban cartuchos pirotécnicos envueltos en bolsas negras y cinta aislante, listos para detonar.
“Tienen la capacidad de causar daños materiales considerables. Están organizados y saben lo que hacen”, precisó el coronel.
Sospechas por traslado del caso
Pese a la gravedad del caso, la fiscal a cargo dispuso el traslado de la investigación a una dependencia distinta. Según documentos del Ministerio Público, el proceso fue derivado a una Depincri del sector, hecho que ha generado sospechas entre los comerciantes.
El equipo de Buenos Días Perú volvió a la zona y confirmó que el temor persiste. Los vecinos aseguran que los extorsionadores utilizan motocicletas para ingresar por calles angostas, donde detonan explosivos en puertas de negocios.
“Ya no somos solo comerciantes, somos sobrevivientes. Nos jugamos la vida por no pagar cupos”, dijo un vecino.
A la fecha, los detenidos permanecen bajo custodia policial. Sin embargo, los comerciantes exigen garantías y una respuesta firme del Estado ante una delincuencia que no da tregua.