Un muro de ladrillo pandereta, levantado sin columnas ni permiso, se desplomó sobre el auto de una familia en plena cochera, tras registrarse el sismo de 6.1 el último domingo. Ángela y su madre se salvaron de milagro: minutos antes del temblor, ambas habían estado barriendo el patio en el Callao.
Primero, escucharon el estruendo; luego, una nube de polvo cubrió todo. “Pensé que se había caído mi segundo piso”, relató la propietaria a Buenos Días Perú. Al abrir la puerta constató que el tercer nivel del vecino ‒edificado en 2024 para alquiler‒ se había desmoronado. Encima del paredón, el responsable almacenaba arena que, al desbordar, añadió peso y aceleró el colapso.
DENUNCIADOS CULPAN A "LA NATURALEZA"
El resultado fue un auto familiar totalmente inservible y el patio cubierto de escombros. Según una tasación preliminar, los daños superan los S/ 4 000, sin contar la pérdida patrimonial del vehículo. Entretanto, el vecino ‒cuyo yerno, abogado, figura como dueño del piso siniestrado‒ se desentendió: “Es cosa de la naturaleza”, declaró, y anunció que contrataría a un albañil “para borrar evidencias”, denunció la afectada.
En esa línea, la familia presentó una denuncia policial y alista un escrito ante la Municipalidad del Callao. Sin embargo, la comuna todavía no ha inspeccionado la obra. Lo cierto es que la estructura carecía de columnas rellenas y los fierros de soporte permanecen vacíos, tal como se aprecia a simple vista.
Mientras las autoridades aún no definen responsabilidades, la familia exige la demolición inmediata de los tramos restantes del muro, que representan un peligro latente al estar ubicados sobre el techo de su vivienda. Asimismo, piden una indemnización por los daños materiales y emocionales sufridos, así como una sanción ejemplar contra el responsable por haber vulnerado las normas de edificación y poner en riesgo la vida de sus vecinos.