Un grupo de vecinos de Surquillo denunció lo que consideran una injusticia por parte de la municipalidad: una mujer jubilada ha sido multada con S/ 2,600 por alimentar a las ardillas en un parque del distrito. La sanción, según el acta municipal, se basaría en una ordenanza que prohíbe alimentar a las palomas, aunque la vecina asegura que su intención nunca fue dar de comer a estas aves.
“Mi objetivo no son las palomas. Yo doy de comer a las ardillas, a los gatos y a los perros”, declaró Mary, visiblemente afectada. Asegura que ha presentado descargos y solicitudes de reconsideración, pero hasta ahora todo ha sido declarado infundado. La multa fue impuesta hace un año y aún no ha podido pagarla: “Estoy jubilada, tengo 64 años y sobrevivo vendiendo cosméticos y comida”, expresó.
La mujer, quien vive frente al parque donde ocurren los hechos, relató cómo las ardillas se acercan a su ventana “como si pidieran comida con las manitas”. Conmovida, contó que les da pequeños trozos de pan de yema, que comen felices y luego se retiran. “No puedo cerrar los ojos a algo tan tierno. Hasta a los caracoles los cuido para que no los pisen”, dijo.
DENUNCIAN FALTA DE PLAN PARA ANIMALES
El caso ha movilizado a otros vecinos y animalistas del distrito, quienes también aseguran haber sido multados por organizar actividades para recaudar fondos destinados al rescate de animales abandonados. “Nos pusieron una multa de S/ 1,300 solo por hacer uso de la rotonda del parque en un evento solidario. Esa sanción ya está en cobranza coactiva”, señaló una representante del colectivo.
Los vecinos aseguran que han solicitado reuniones con la alcaldesa de Surquillo para plantear un trabajo conjunto, pero no han recibido respuesta. “La municipalidad no tiene ningún plan de acción para el cuidado de perros, gatos ni de otros animales. Lo único que pedimos es diálogo”, reclamaron.
Respecto a la alimentación de las ardillas, aunque especialistas advierten que puede alterar el ecosistema —ya que estos animales no son originarios del país y su proliferación es artificial—, la vecina se ampara en la Ley N.º 30407, que establece que todo ciudadano puede asumir el rol de garante y brindar cuidados básicos a los animales a su alrededor.
Finalmente, la afectada aseguró que esta situación ha perjudicado seriamente su salud emocional. “Antes daba el 100%, ahora estoy en 40. No tengo ni ganas, ni puedo dormir. Me siento amedrentada”, afirmó, señalando que incluso ha dejado de alimentar a las ardillas para evitar nuevas sanciones.
Los vecinos exigen que la Municipalidad de Surquillo brinde explicaciones, revise las sanciones impuestas y, sobre todo, implemente una política efectiva de protección y control animal, tal como lo establece la ley.