Un puente peatonal ubicado sobre la avenida Faucett, a la altura del centro de emisión de brevetes de vehículos menores del Callao, se encuentra en condiciones deplorables que comprometen seriamente la seguridad de los peatones. La estructura metálica luce completamente oxidada, con escalones rotos, partes levantadas y sin ningún tipo de mantenimiento. A pesar del riesgo evidente, es utilizado diariamente por vecinos de las zonas de Playa Rímac y 200 Millas, incluidos niños y adultos mayores.
“Yo paso con mi hijo, pero esto está todo mal logrado. No hay luz y en la noche da miedo cruzar”, relató una madre que se ve obligada a usar el puente a falta de otra alternativa para cruzar la vía.
CONSTANTES ASALTOS
Además del deterioro, el puente se ha convertido en un foco de inseguridad. Varios testimonios recogidos por el equipo de prensa revelan asaltos constantes, especialmente durante las noches, cuando la falta de iluminación convierte la estructura en una trampa. Una vecina denunció que fue interceptada por un hombre armado con un cuchillo cuando intentaba cruzar: “Me preguntó la hora y luego me sacó un cuchillo. Nunca había visto uno tan grande ni en mi cocina”, relató visiblemente afectada.
El abandono también se refleja en el uso indebido de la estructura: residuos acumulados, orina, excremento y hasta paneles publicitarios que, lejos de aportar seguridad, añaden peso a un puente visiblemente debilitado. A pesar de que en otras zonas del Callao —como en el Hospital San José— se han inaugurado puentes nuevos, esta estructura ha quedado fuera de todo plan de mantenimiento o renovación.
Según vecinos, el puente habría sido construido durante la gestión del exalcalde Alex Kouri, lo que implicaría más de 15 años sin intervención alguna. Pese a los recientes trabajos de remodelación en arterias importantes como Faucett y Tomás Valle, esta estructura sigue completamente olvidada.