La avenida Venezuela, una de las principales vías de conexión entre Lima y el Callao, amaneció sin servicio de transporte en varias de sus rutas este miércoles, luego de que dos choferes de combi fueran atacados a balazos el día anterior mientras prestaban servicio. Uno de ellos murió tras recibir un disparo en la cabeza a manos de un sicario que lo abordó desde una motocicleta en movimiento.
Las imágenes de los ataques, ocurridos con minutos de diferencia y a plena luz del día, han generado conmoción. Uno de los vehículos aún tenía pasajeros a bordo cuando el sicario disparó por la ventana del conductor. Según testigos, la misma motocicleta participó en ambos atentados.
Como medida de protesta y por temor a nuevos atentados, los conductores de las combis que cubren la ruta entre la Av. Venezuela y el Callao decidieron no salir a trabajar. Esto provocó la aglomeración de usuarios en paraderos como el cruce de Venezuela con Faucett, donde varias personas esperaban sin éxito alguna unidad que los traslade, en su mayoría hacia hospitales y centros de trabajo.
“Salgo con miedo todos los días. Ya no sabemos si regresaremos a casa”, declaró un usuario que trabaja en el hospital Carrión. Otra pasajera señaló que “los rumores de que podrían poner bombas en las combis nos tienen aterrados”.
La empresa Miska S.A. anunció que sus choferes realizarán un plantón a las 8 de la mañana en la Av. Venezuela para exigir garantías al Estado. Esta medida responde no solo al asesinato de su compañero, quien deja a una hija de tres años y a su esposa embarazada, sino también a la amenaza constante de extorsionadores que exigen pagos para permitir operar.
Mientras tanto, colectivos informales intentan cubrir parte de la demanda. Solo algunas líneas, como la 50 y la 87, se atreven a circular por la zona. Pese a que hay presencia policial y patrullas en el lugar, la sensación de inseguridad es generalizada.
