El Perú enfrenta una preocupante paradoja: los casos de extorsión se disparan, pero la cifra de detenidos por este delito no muestra un aumento proporcional. Según datos del Observatorio del Crimen y la Violencia, en noviembre de 2024 se registraron 785 denuncias por extorsión, pero solo 47 personas fueron encarceladas por ese delito.
El exviceministro del Interior Ricardo Valdés considera que esto evidencia una falta de coordinación entre las instituciones responsables. “Había un mejor trabajo de coordinación, diálogo, encuentro y cooperación entre los que deben cooperar: Policía, Ministerio Público y Poder Judicial”, señaló.
Además, advirtió que la extorsión opera en la virtualidad, por lo que las estrategias centradas en la fuerza no son suficientes. “Con una tanqueta tú no vas a perseguir un WhatsApp, esa es la verdad. [...] Las Fuerzas Armadas y la Policía pueden dar seguridad, pero no información relevante para las investigaciones”, afirmó.
A esto se suma la violencia letal asociada. En lo que va del 2025, se han registrado 533 homicidios, muchos relacionados al sicariato, una de las consecuencias más extremas de la extorsión. “Cuando llega el momento de ejecutar a esa persona, es porque el chantaje llegó a su fin o se quiere mostrar ferocidad ante otras bandas”, explicó Valdés.
Según el Sistema Nacional de Estadística Criminal (SINADE), en promedio ocurre un homicidio cada 3 horas con 52 minutos en el país. Frente a esta alarmante estadística, Valdés también cuestionó el estado del sistema penitenciario y pidió una reforma integral para responder eficazmente al crimen organizado.