El colegio San Vicente de Comas, ubicado en la avenida Retablo, ha tenido que adoptar medidas extremas de seguridad tras recibir amenazas de extorsionadores. Desde hace algunos días, las clases presenciales fueron suspendidas y el centro educativo migró a la virtualidad para resguardar la seguridad de alumnos y docentes.
En la puerta del colegio, ocho agentes de seguridad privada patrullan con chalecos antibalas y equipos de comunicación, además de la presencia de efectivos policiales y serenos del distrito. A pesar de ello, las aulas permanecen vacías, y la incertidumbre sobre el regreso a clases presenciales preocupa a padres de familia y estudiantes.
El San Vicente es solo uno de los más de 400 colegios privados a nivel nacional que han sido blanco de extorsionadores. En varios casos, las amenazas han llegado a atentados con explosivos, llamadas intimidatorias y mensajes directos a los directivos y familiares de los estudiantes.
Las autoridades han reforzado el patrullaje en la zona, pero los padres de familia exigen acciones concretas contra las bandas criminales que están afectando la educación y la tranquilidad de sus hijos.