La congestión vehicular en la capital no solo es producto del exceso de autos en circulación, sino también de los ambulantes que invaden las pistas con sus triciclos, quienes generan caos tanto para conductores como para peatones. Buenos Días Perú hizo un recorrido por el jirón Andahuaylas, en el Cercado de Lima, y registró cómo los triciclos ocupan las calles como estacionamientos y bloquean el libre tránsito de los peatones. A pesar de que esto está prohibido, los comerciantes justifican su presencia en las vías.
"Es nuestro sustento del día a día. No tenemos otro lugar donde trabajar", señaló uno de los vendedores, quien admitió conocer la prohibición, pero se mantiene en la vía pública porque "nos corre la municipalidad".
La situación se repite en distintos puntos de la ciudad, donde los triciclos bloquean cruceros peatonales, poniendo en riesgo a los transeúntes y causando embotellamientos.
"Sabemos que está prohibido, pero nos quedamos solo 15 o 20 minutos", mencionó otro comerciante, quien también reconoció que su actividad contribuye al tráfico.
Sin embargo, algunos ciudadanos han expresado su molestia, y señalaron que la presencia de triciclos dificulta la movilidad en espacios ya congestionados.
"No se puede caminar. A veces hay que esquivar triciclos y autos al mismo tiempo", comentó una transeúnte.
Normas ignoradas y falta de control municipal
El Reglamento Nacional de Tránsito prohíbe estacionarse en espacios destinados para el tránsito vehicular y peatonal, pero la falta de fiscalización ha llevado a la normalización de esta infracción.
Pese a la presencia de la Policía Nacional y personal de fiscalización municipal, muchos ambulantes permanecen en la vía pública sin ser retirados.
