El inicio del 2025 trajo consigo un día soleado que motivó a miles de limeños a visitar las playas de la Costa Verde. Sin embargo, la alta afluencia de bañistas convirtió el circuito de playas en un verdadero caos vehicular.
Congestión y espera interminable
Desde la bajada de Armendáriz hasta las principales playas como Agua Dulce, los vehículos avanzaban a paso de tortuga. Algunos conductores reportaron hasta tres horas de espera para cubrir tramos cortos, mientras motociclistas invadían las ciclovías y taxistas se detenían en plena vía para recoger pasajeros.
"Llevo más de dos horas desde Barranco hasta Chorrillos. Esto es un desorden total", comentó uno de los conductores en la fila.
Caos peatonal y precios elevados
La congestión no solo afectó a los vehículos. Los puentes peatonales también se vieron abarrotados, obligando a los bañistas a hacer largas filas para cruzar. Algunos, desesperados, optaron por cruzar las vías de forma peligrosa, poniendo en riesgo sus vidas.
Además, el precio de los taxis se disparó debido al tráfico. Una bañista explicó que llevaba "una hora esperando un taxi". "Me quieren cobrar entre 50 y 70 soles para ir a San Juan de Lurigancho", agregó.
Para mitigar el caos, la Municipalidad de Chorrillos y la Policía Nacional desplegaron inspectores y grúas para sancionar a los conductores que se estacionaban en lugares no autorizados. Al menos 15 vehículos fueron llevados al depósito por incumplir la normativa.
Además, en Agua Dulce, donde se reportaron más de 50,000 bañistas, las autoridades realizaron controles de identidad para prevenir actos delictivos.