Un operativo realizado por la Municipalidad del Rímac en el mercado de Caquetá para retirar carretas y triciclos que ocupaban vías públicas terminó en desorden, enfrentamientos y caos por falta de organización.
Durante la intervención, varios comerciantes ambulantes intentaron recuperar sus vehículos, incluso recurriendo a la violencia. Uno de ellos sacó un cuchillo para amenazar a los fiscalizadores, mientras que otros forcejearon con el personal municipal. La situación se tornó caótica, ya que, pese a la presencia inicial de efectivos policiales, militares y el mismo alcalde Néstor de La Rosa, estos se retiraron antes de que el operativo concluyera.
FALTA DE PLANIFICACIÓN Y PRECARIEDAD
Agentes municipales tuvieron que empujar una carreta decomisada por varias cuadras hasta el depósito municipal debido a la ausencia de camiones o grúas para el traslado. Además, herramientas básicas como cizallas para cortar cadenas tampoco estaban disponibles al inicio del operativo, lo que retrasó las acciones.
La improvisación quedó en evidencia cuando varios fiscalizadores, visiblemente agotados, intentaban llevar el vehículo decomisado hasta el depósito municipal.