Una estudiante de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) denuncia haber sido acosada por un profesor, quien posteriormente fue destituido de la institución. Este caso no es aislado; se suma a un alarmante total de 100 denuncias registradas en la universidad, las cuales involucran tanto a docentes como a compañeros de estudio.
La víctima, cuyo caso ya se encuentra en proceso judicial, relató que el profesor obligaba interacciones físicas bajo el pretexto de enseñarle planos y utilizaba momentos en clase para revisar y comentar inapropiadamente sobre sus fotos personales en Facebook. “El docente hacía comentarios morbosos y despectivos frente a todos. Era muy incómodo y humillante”, expresó la agraviada.
El colectivo Unidas de la UNI, que documenta estos casos, también reveló comportamientos inapropiados de algunos estudiantes varones. “Hay compañeros que se acercan a pedir números de WhatsApp a las estudiantes y luego las acosan con mensajes insistentes”, indicó un representante del colectivo.
Por su parte, la Defensoría Universitaria de la UNI ha intervenido en varios casos, pero la respuesta institucional ha sido criticada por su lentitud y por las leves sanciones impuestas a los agresores, que generalmente quedan en suspensiones temporales de cinco días.
"En el 2022 hemos tenido dos casos de presunto hostigamiento sexual que fueron resueltos. De los cinco casos que ingresaron en el 2023, cuatro de ellos fueron de estudiantes contra estudiantes, y uno sí de un docente contra un estudiante", detalló María Damián , defensora universitaria. "Las medidas aplicadas no reflejan la gravedad de los hechos. Necesitamos acciones más firmes para realmente disuadir estos comportamientos”, agregó.
SUNEDU SE PRONUNCIA
En respuesta a la creciente preocupación, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) ha instado al rector, Alfonso López-Chau, a implementar políticas más efectivas de prevención, investigación y sanción. Además, la Sunedu ha solicitado un informe detallado sobre las medidas tomadas hasta ahora.
La comunidad universitaria, especialmente las víctimas, sigue exigiendo ser escuchadas y piden garantías de que sus denuncias serán tratadas con la seriedad que merecen sin temor a represalias.