El pasado jueves 30 de mayo, el Congreso aprobó una modificación de la Ley de Teletrabajo que podría afectar uno de sus principales pilares: la flexibilidad. Para discutir los cambios y su impacto, Buenos Días Perú dialogó con el abogado laboralista Franco Muschi, quien detalló las implicancias de esta nueva legislación.
CONTROVERSIA EXPLICADA
Muschi comenzó contextualizando la situación del teletrabajo en América Latina, ya que, durante la pandemia de COVID-19, experimentó un crecimiento exponencial, pues pasó de un 2% a un 50% de la población laboral. Este incremento obligó a definir reglas flexibles para el teletrabajo, lo cual es crucial para su efectividad.
Sin embargo, la reciente modificación a la ley hace el teletrabajo más restrictivo. "Una de las modificaciones más polémicas es que ahora debes estar sentado frente a tu computadora toda tu jornada y necesitas pedir permiso incluso para ir al baño", mencionó el letrado. Esta norma, según él, es innecesaria y refleja un exceso de regulación que afecta la formalidad laboral.
Además señaló que, aunque algunas disposiciones, como la prohibición de descontar el salario en caso de cortes de electricidad o internet, son razonables, podrían haberse abordado mediante reglamentaciones internas acordadas entre las partes. Por otro lado, consideró absurda la prohibición de realizar labores particulares durante la jornada de teletrabajo, ya que introduce regulaciones innecesarias y difíciles de controlar. "La flexibilidad es esencial en el teletrabajo, ya que la productividad puede medirse por resultados y no por horas trabajadas", sostuvo.
Asimismo, Muschi criticó que la normativa se enfoque en aspectos irrelevantes en lugar de abordar cuestiones cruciales, como la tributación y los beneficios para los teletrabajadores que trabajan para empresas extranjeras.
Otra preocupación es quién asume los costos asociados. La legislación actual permite que las partes acuerden la asignación de estos costos, pero no especifica quién debe asumirlos.
