En la histórica unidad de la Policía Montada Potao, cada día se vive una experiencia única entre jinetes y caballos, una conexión que va más allá de lo físico para convertirse en un legado y patrimonio nacional. El reportero de Buenos Días Perú, Marcos Matías, nos lleva a través de un día en Potao, nombre heredado de la hacienda sobre la cual se levantó esta institución el 6 de julio de 1931.
El día comienza con la entrega del uniforme característico de la unidad, donde la nobleza del caballo y la conexión casi espiritual con el jinete son evidentes. En el curso básico de policía montada, se destacan los valores y la historia de valientes jinetes que han defendido al Perú.
La instrucción incluye la entrega de implementos de protección y la oportunidad para cualquiera de conectar mágicamente con un equino, superando incluso traumas infantiles de nuestro querido reportero, quien a los 8 años sufrió un galope descontrolado en Huaraz.
Cabe resaltar que, los caballos de la policía montada pueden servir hasta los 16 años y, a pesar de su imponente tamaño y peso, requieren cuidados especiales como alimentación y aseo diarios.
La unidad participa en patrullajes durante manifestaciones, eventos deportivos y culturales, e incluso en desalojos donde el acceso peatonal es difícil. También ofrece servicios de equinoterapia para personas con habilidades diferentes.
El bautizo de los nuevos integrantes y el compromiso con la prevención y el servicio a la comunidad marcan el final de este día en Potao, una unidad que durante más de 100 años ha sido un símbolo de nobleza y servicio en la historia de la PNP.