La División de Trata de Personas de la Policía Nacional del Perú intervino un prostíbulo en Jicamarca, ubicado en San Juan de Lurigancho, donde identificaron a decenas de mujeres de distintas nacionalidades; incluyendo venezolanas, colombianas, ecuatorianas y peruanas.
El burdel, probablemente el más grande al este de la capital, albergaba a un total de 42 personas que -según las autoridades- serían víctimas de explotación sexual. Las féminas, que ocultaban sus rostros con mantas rojas, fueron rescatadas durante el operativo liderado por el coronel PNP Jean Bergerot Castro.
Tras la intervención, 12 personas fueron detenidas, y debido a la presencia de ciudadanos extranjeros, las autoridades no descartan la posibilidad de estar frente a una red de delincuencia transnacional.
En caso de comprobarse responsabilidades, los detenidos enfrentarían cargos relacionados con la trata de personas, proxenetismo y favorecimiento a la prostitución. Ahora, el Ministerio Público asume la responsabilidad de llevar a cabo las investigaciones correspondientes.