Rosa Flor Alzamora Cuenca, una mujer de 43 años que se había convertido en una fuente de malestar para los residentes y conductores en las calles de San Miguel, ha sido trasladada a un centro de rehabilitación.
Alzamora era conocida por solicitar limosna y comida a los conductores y establecimientos en el cruce de la Avenida La Paz con la Calle San Martín. Si no accedían a su petición, ella solía reaccionar de manera violenta, inclusive amenazando con un bate o tirándose sobre el vehículo.
CAYÓ EN EL MUNDO DE LAS DROGAS
Sin embargo, gracias a la municipalidad de San Miguel, que ha estado siguiendo su caso, se pudo coordinar con la familia de Alzamora para asegurar su traslado a un albergue. En un momento, Alzamora fue una promesa del deporte peruano en taekwondo, pero cayó en el mundo de las drogas. El traslado a un centro de rehabilitación es un esfuerzo para ayudarla a superar su adicción y recuperar su vida.
Con el apoyo de la Policía Nacional, se logró retener a Alzamora y se localizó a su madre, quien vive en Ventanilla. El objetivo de este esfuerzo es no solo retirar a las personas de las calles, sino también ayudarlas a rehabilitarse y recuperarse en centros especializados. La madre de Alzamora estuvo presente durante el proceso y apoyó la decisión de internar a su hija en el centro.