En el Centro Histórico de Lima, se encuentra la Biblioteca Miguelina Acosta, exactamente en el jirón Contumazá, donde a diario acuden niños y niñas del barrio donde aprenden a leer y escribir, y donde encuentran las herramientas para ampliar sus conocimientos en la etapa escolar.
Poco antes de la pandemia surgió esta biblioteca comunitaria que está al servicio de la infancia y ahora se enfrentan a la presencia de personas de mal vivir que frecuentan sus alrededores, que perjudican el aprendizaje de los niños y niñas.
Se sabe que la zona no es muy segura a algunas horas de la noche, sobre todo, pero hace unos días registraron a un sujeto que un parlante a todo volumen perturbaba la tranquilidad que los menores necesitan para realizar sus labores educativas.
Según denuncian es un vecino del lugar, que llega con su música a todo volumen para tomar bebidas alcohólicas, pero no es el único, ya que otras personas de mal vivir pululan por la zona a diario.
En el lugar se encuentra una caseta de seguridad que funcionó por algunos meses tras un hecho violento que se registró en el lugar, pero ahora está en completo abandono, siendo un refugio para los que no tienen donde dormir.
Los responsables de lugar señalan que se sienten abandonados, ya que no hay presencia de la Municipalidad de Lima, ni ayuda alguna para su funcionamiento.
Cabe señalar que la Biblioteca Miguelina Acosta, lleva ese nombre que hace honor a la primera abogada litigante del Perú que abogó por una educación laica, también fue docente y feminista que luchó por los derechos de las mujeres, los pueblos amazónicos y la clase obrera.