Una operación que se suponía debía ser sencilla, la extirpación de la vesícula biliar, ha dejado a una familia buscando respuestas tras la muerte de su hija. Fiorella, de apenas 18 años, ingresó este último viernes al Hospital Daniel Alcides Carrión para realizarse los exámenes preoperatorios correspondientes. El lunes por la mañana, entró al quirófano, y a las cuatro de la tarde, su padre, el señor Salvador, relata cómo los médicos le entregaban a su hija ya sin vida.
Entre lágrimas Salvador indicó a Buenos Días Perú que la comunicación de los médicos con la familia fue muy limitada. Asegura que salió una enfermera durante la operación preguntando si su hija era alérgica a algún medicamento, a lo cual respondieron afirmativamente. Sin embargo, no se le proporcionó más información ni sobre su estado ni por qué se preguntaba en medio del procedimiento quirúrgico si Fiorella era alérgica a algún medicamento.
Mientras estuvo ingresada en la UCI tras la cirugía, Salvador menciona que no se le proporcionó un diagnóstico claro de lo que acaeció durante la operación. El diagnóstico póstumo de Fiorella, según su padre, era incierto. Hubo insinuaciones por parte de algunos médicos de que el cuerpo de la joven estaba bajo estrés, y se detectó agua en su barriga, pero ningún diagnóstico claro que certifique la causa del deceso.
Tras el hecho, Salvador informó del caso a las autoridades y presentó una denuncia formal por negligencia médica en la comisaría de Bellavista. Asimismo, informó que el cadáver de la joven va a ser sometido a la investigación por parte de la morgue.