Decenas de personas están denunciando un caso de estafa por la compra de buses para la ruta 23 de Santa Catalina que conecta a San Juan de Lurigancho con otros distritos.
Hace 6 años, la empresa Sinomaq les prometió la venta de unos autobuses valorizados en 132 mil dólares con pagos fraccionados a la junta encargada de la ruta 23. Los interesados pagaron una cuota inicial de 12 mil dólares y al terminar de pagar el total entre 5 y 7 años se acercaron a las dependencia de los representantes de la compañía para exigir la transferencia de la tarjeta de propiedad, pero cuando llegaron al local se dieron con la sorpresa de que el contrato no era de compraventa sino de arrendamiento.
El representante legal afirma que a partir de este hecho, los agraviados han sido coaccionados a renunciar a esta sociedad o suspender la operación de sus buses. Estas represalias afectan directamente a la economía de las personas que trabajan diariamente con estos vehículos.
“Me coaccionan a que renuncie para que pueda operar, yo tengo perjuicios económicos con mi familias y el personal que trabaja, me siento indignado, estafado, como 10 años que he pagado, la propiedad no es mía y me siguen cobrando”, exclamó uno de los afectados que señala que ha pagado más de 300 mil dólares y el vehículo sigue sin ser de su propiedad.
Entre las declaraciones señalan que no hubo un contrato de compraventa pero si un acuerdo de Junta General para comprar 65 buses nuevos de la empresa Sinomaq y a espaldas de los accionistas transfieren la propiedad a la empresa Sigma, la cual suscribe un contrato de alquiler sin poner en conocimiento a los accionistas, los cuales se enteran 5 años después.