En Francia, las autoridades siguen tratando de escalecer las circunstancias y los motivos del brutal asesinato de Lola, una niña de 12 años, cuyo cuerpo apareció el viernes en una maleta en un barrio de París. La principal acusada es Dhabia B, una mujer argeliana de 24 años a la que en el mes de agosto se le obligó a abandonar territorio francés por carecer de permiso de residencia.
La joven ha sido imputada por homicidio y violación, con los agravantes de tortura. El medio 'Europe 1' informó que la presunta asesina declaró que interceptó a la niña cerca del apartamento de su hermana y la arrastró hasta allí porque vive en el mismo edificio que la familia de la niña. Después, asegura que abusó sexualmente de ella.
Por otra parte, ya con la menor muerta, explicó a los agentes policiales que bebió café, engrasó el cuerpo de la niña y lo apuñaló con unas tijeras. Incluso, ha narrado que puso la sangre de la pequeña en una botella y se la bebió, aunque no se ha encontrado esta prueba. También la marcó con un 0 y un 1 en los pies.
Al principio se vinculó el crimen con el tráfico de órganos, sin embargo, se estaría planteado otra hipótesis, ya que la acusada padecería de aparentes problemas mentales. Tras su primera confesión, dijo que había relatado un sueño y que, en realidad, se defendía de un fantasma.
