Además de lidiar con las rejas de la de la Plaza de Armas, los comerciantes del Centro de Lima están al borde de la quiebra por las vallas que la Municipalidad Metropolitana de Lima colocó en los jirones Camaná y Conde de Superunda.
Los comerciantes denuncian que personal de fiscalización de la comuna impide el libre tránsito y los clientes no pueden llegar a los locales, pues deben acreditar que viven en el lugar.
“Estamos siendo perjudicados más de una semana por cierres arbitrios de la Municipalidad de Lima que manda a sus fiscalizadores a cerrar las calles y no tenemos acceso. Estamos perdiendo más de un millón de soles durante todo este tiempo”, señaló Dante Cabrejos, uno de los empresarios afectados.
PROTESTAS
La municipalidad habría adoptado esta medida debido a que en las últimas semanas un grupo de ex trabajadores de la comuna limeña protagonizaron protestas en la puerta de dicha entidad.
Los comerciantes enviaron un oficio a la Municipalidad de Lima para iniciar una mesa de diálogo y solucionar este problema, pero no obtuvieron respuesta.