Lunas rotas, paredes a punto de colapsar y aulas clausuradas por su mal estado es la realidad con la que tendrán que convivir más de 150 escolares del colegio público Rinconada del Puruhuay, en Lurín, durante este retorno a clases presenciales que podría poner en riesgo la vida de los estudiantes.
Padres de familia temen que estas estructuras terminen cediendo. Ellos aseguran que este panorama se registra desde hace cinco años, y que a la fecha las autoridades no han demolido los ambientes. No solo las aulas se encuentran en precario estado, sino también los almacenes del colegio.
Indicaron que tras varios meses de insistencia, la UGEL número 1 del distrito de San Juan de Miraflores instaló dos módulos prefabricados para que estudien los niños. Sin embargo, piden al Gobierno atender sus reclamos.
ESPERAN UNA PRONTA RESPUESTA
Cabe señalar que a esta problemática se suma que en los exteriores del colegio una obra inconclusa viene ocasionando accidentes. Los padres esperan una pronta respuesta de parte de la Municipalidad de Lurín, así como del Ministerio de Eduación (Minedu).