Nuestro reportero de Buenos Días Perú, Marcos Matías vivió en carne propia se convirtió por un día en un cocinero de olla común, en un local que funciona solo por amor a un grupo de niños con discapacidad, un lugar que trabaja en condiciones precarias todos los días alimenta a más de 100 familias.
En medio de polvorientas calles, regadas con el sudor de un grupo de madres guerreras, donde florece el amor y la solidaridad por sus hijos, donde todos los días esquivan las llamas y el humo tóxico de la madera que enrojece la vista con destreza, ya que solo cocinan con leña.
La responsabilidad de que estos pequeños y sus familias puedan alimentarse todos los días recae sobre la señora Olga, que todos los días junto al grupo de valientes madres enfrentan a diario una realidad adversa cargada, muchas veces, de una absurda indiferencia.
Buenos Días Perú fue testigo de la ayuda que llegó para ayudar a estos niños, y es que empresa de equipos de cómputo se hizo presente con una cocina industrial de tres hornillas, un juego de ollas y dos sacos de arroz y azúcar de 50 kilos cada uno, así como una empresa ortopedia les entregó de una silla de ruedas.
Esta muestra de solidaridad llegó hasta la Tablada de Lurín en Villa María del Triunfo, donde Doña Olga, guiada por el amor, en plena pandemia fundo este “Milagro de amor” para los niños que más lo necesitan.
