Durante el dantesco aniego del 2019, en el distrito de San Juan de Lurigancho se perdieron 600 negocios ubicados en la zona afectada, por varios meses los vecinos tuvieron que abastecerse con camiones cisterna, una historia que parece no tener fin para los afectados vecinos de esta zona.
Y es que la falta de agua potable por un aniego y los gases tóxicos que se emanan de este, son la pesadilla que nadie quiere revivir y uno de los motivos de estos colapsos es la falta de manteniendo, prevención y el crecimiento urbano.
Según la Cámara Peruana de la Construcción Capeco, entre el 2002 y el 2012, la venta de viviendas en Lima y Callao pasó de 3 mil a 22 mil, experimentando un crecimiento sostenido de 19% anual.
Mientras el Gobierno decide entre mejorar las redes de agua potable y alcantarillado o ampliar el sistema para que más personas accedan al servicio básico, Sedapal garantiza que el problema del aniego suscitado en San Juan de Lurigancho no se repetirá, esperemos que así sea.
