Las anfitrionas del lugar atendían a sus potenciales clientes, vestidas con uniformes quirúrgicos color verde turquesa, desde las 10 de la mañana con su respectiva desinfección en tiempos del nuevo coronavirus COVID-19 y de fondo melodías de Ricardo Arjona.
Así operaban un grupo de señoritas que ejercían la prostitución en el distrito de La Molina, donde del departamento, en uno de los cuartos, se hallaron evidencias del ilegal negocio, una cama con sábanas blancas encima de una alfombra, rodeado de decenas de velas blancas, una pared de plantas aromáticas para que el cliente se relaje y otros productos no necesariamente para masajes.
Cabe señalar que este ilícito negocio funcionaba un edificio multifamiliar en el piso 3, al lado de una reconocida cebicheria y en una de las principales avenidas comerciales del distrito de La Molina y tras la fachada de masajes terapéuticos.
