En La Molina, en una de sus zonas más exclusivas, la avenida El Corregidor, a partir de las 7 de la noche las rejas se cierran y solo se permite el ingreso a propietarios o con autorización de ellos, aquí la pregunta, entonces ¿cómo ingresan y donde se esconden los “robacasas”?
Hace unos días, dos sujetos identificados como Jean Carlos Honores Nasquez y Piero Alonso Ojeda Ramos cayeron dentro de una vivienda en la calle Los Helechos, enfundados en unos mamelucos de color negro.
El ruido de las puertas despertó al propietario, que de inmediato tocó lo alarma de emergencia y la policía los encontró dentro de la casa, escondidos en el jardín.
Los vecinos denuncian que estos robos bajo esta modalidad se incrementan alarmantemente, mientras tanto seguirían en alerta, pero hacen un pedido especial a la municipalidad para que se incremente la presencia de serenazgo y la policía nacional.
