Hace 25 años que esperan llegue el agua hasta sus hogares en las partes más altas de los asentamientos humanos San Juan y Flor de Amancaes en el distrito del Rímac, pero hasta el día de hoy más de 47 mil habitantes de estas zonas viven sin el esencial líquido elemento.
Pero para los vecinos las incomodidades son muchas, pues llevan ya más de 12 meses soportando el tráfico que generan las obras inconclusas, así como la contaminación en plena pandemia por el nuevo coronavirus COVID-19.
Obras inconclusas y caos
El primero de diciembre del 2017 se inició con las obras de agua y desagüe para la zona de Amancaes, y tenían un plazo de ejecución de 420 días calendario, por lo que debieron ser terminadas en marzo del 2019, pero hasta el día de hoy no se han culminado.
Esto ha generado que la actual gestión municipal tome acciones legales para que finalmente se terminen los trabajos, la obra sea entregada y los vecinos de las zonas altas de Amanaces finalmente puedan tener agua potable.
Para los vecinos afectados, ahora solo queda esperar que las entidades competentes tomen cartas en el asunto, pues hoy y más que nunca el agua es sumamente necesaria ante una eventual segunda ola de COVID-19.
