En el mes de abril en pleno confinamiento por la pandemia por el nuevo coronavirus COVID-19, el río Rimac lucia libre de contaminación pero hoy ya no luce limpio, ni lleno de aves como pudimos observarlo durante la cuarentena, pues cuando la población volvió a salir a las calles también volvió el descuido y la basura a sus laderas.
Para el ambientalista, Arturo Alfaro, lo que ha pasado es que se nota cuando la intervención del ser humano es negativa, cuando votamos aguas contaminadas, desmontes y todo eso cambia el color del agua en el río Rímac, afectando el ecosistema y la salud de todos los que circulan o habitan por la zona.
Y es que el ser humano es el principal agente contaminante de este importante río que atraviesa nuestra capital.
Son aproximadamente entre 70 y 100 metros los que poco a poco se han ido llenando con los restos y desperdicios de construcciones en algunas zonas entorno al caudal, una esta situación es sumamente peligrosa pues en cualquier momento podría ocasionar una tragedia.
Aquí queda claro como somos nosotros mismos, la población, los responsables de la contaminación del río Rímac, que abastece más del 80% del agua que necesita la ciudad de Lima y sin el cual no podríamos vivir en la capital.
