En condiciones antihigiénicas se intervino una pollería que estaba ofreciendo servicio delivery sin tener autorización.
Los pollos a la brasa eran preparados a puerta cerrada y esto era aprovechado por los encargados para no realizar la limpieza debida.
Además, este negocio no contaba con autorización para reiniciar actividades tras la cuarentena, pues en el jirón Paruro, del Cercado de Lima, los protocolos de sanidad no existían.
Tras esta supervisión, el personal de fiscalización de la Municipalidad de Lima procedió a clausurar el local.