La misma historia parece ser pan de cada día en las cuadras del populoso distrito de San Juan de Lurigancho, y en el día 61 de la cuarentena debido a la pandemia por el coronavirus COVID-19, donde impera la informalidad, el incumplimiento a las normas y la falta de criterio total sumado a la ausencia de la autoridad municipal.
En los mercados satélites las veredas ya no lo son, las pistas son estacionamientos de las mototaxis, los ambulantes hacen lo que quieren y los transportistas informales regresan a las calles.
Este distrito tiene hasta la fecha la mayor cantidad de personas contagiadas con COVID-19, pero en el estado de emergencia aquí se encuentran ambulantes de todo tipo e incluso con productos inimaginables y no de primera necesidad.
Según los buenos vecinos ya no se acuerdan del nombre del alcalde del distrito que brilla por su ausencia, en zonas donde abundan los piratas con sus temidas combis que también son catalogada como focos de infección.
A 61 días, las cosas no han cambiado para nada todo lo contrario, la idea de la cuarentena por distritos crece tras ver casos como el de San Juan de Lurigancho.
