Si bien es cierto las personas ahora están pasando momentos difíciles e inciertos por el coronavirus y el estado de emergencia que se vive actualmente, una cualidad que ha caracterizado este aislamiento obligatorio es el ‘despertar’ de la naturaleza en aquellos espacios que antes eran ocupados por los seres humanos.
Un claro ejemplo son las playas del litoral marítimo limeño, como la popular playa Agua Dulce, que en época de verano siempre se caracterizó por estar llena de gente y comerciantes. Hoy se le ve libre de humanos, pero poblada de bellas aves que pueden disfrutar de este espacio sin hombres.
Un equipo de Buenos Días Perú recorrió esta playa y pudo ver que ante la ausencia humana no solo hay una gran cantidad de aves y peces en las orillas, sino que la contaminación también ha disminuido notablemente.
Esta es una imagen que de todas maneras quedará en el recuerdo de muchas personas, y también servirá de reflexión para analizar el actual estilo de vida del ser humano, manifiestamente ajeno a la naturaleza que nos rodea y que es parte de nuestro mundo.