Una fábrica de plásticos ubicada en la zona de Tambo Río, en Comas, manipulaba de forma remota el equipo de medición eléctrica, mediante conexiones clandestinas.
Tras varios meses de robo sistemático, la Policía y la empresa Enel intervinieron para desconectar completamente el suministro. ”La energía hurtada es de 50 mil soles al mes y calculamos que este hurto se ha producido en los últimos tres meses (…) esa energía equivale al consumo de 3 mil familias”, señaló Karen Manrique, representante de Enel.
La empresa logró detectar el hurto de energía mediante un trabajo de vigilancia y usando cámaras termográficas nocturnas las que permitieron ubicar los focos de energía en las conexiones clandestinas.
“Toda conexión clandestina es un peligro inminente de incendio, un atentado contra la seguridad de las personas. Por eso es tan importante que los vecinos denuncien”, señaló Manrique.
A través de la línea gratuita 517-1717 cualquier persona puede denunciar casos de conexiones eléctricas clandestinas.