Este es el año de la universalización de la salud, un nombre que resalta de inmediato la importancia de este rubro en el país; sin embargo, aún hay muchos baches que debemos superar como sociedad para tener una salud digna e íntegra.
La falta de inclusión en Lima es una señal del largo camino que aún falta seguir. Un claro ejemplo es la escasa infraestructura para que personas con discapacidad, que usan una silla de ruedas, puedan transitar hasta los hospitales. La falta de rampas, semáforos, son solo algunos de los problemas que deben enfrentar a diario.
Por otro lado, hay rampas que por su mala construcción, no sirven para el fin requerido. “Estas rampas deben tener condiciones adecuadas en cuanto a la pendiente y la altura que va a salvar está pendiente”, señala Vilma Morales, especialista del Conadis.
La mala infraestructura de la ciudad obliga a las personas con discapacidad a movilizarse de manera limitada, e incluso corriendo riesgos, aún cuando solo se dirigen a un centro hospitalario.
Buenos Días Perú visitó algunos hospitales para observar la infraestructura cercana a sus instalaciones como el hospital de Emergencias de Villa El Salvador, el Centro Materno Infantil Juan Pablo Segundo y el hospital María Auxiliadora, pero todos mostraron serias deficiencias.
Son las municipalidades las responsables de crear un espacio público adecuado para que pueda ser utilizado por todos los ciudadanos, lo cual también incluye a las personas con discapacidad, que hasta el día de hoy no pueden elevar su calidad de vida por este tipo de abandono.
