A pocas horas de la Noche Buena, Mesa Redonda agoniza en informalidad y caos. Estibadores, ambulantes y compradores pugnan por avanzar en las estrechas calles de este emporio del comercio ambulatorio más grande de la capital.
Todo indica que el “Plan Navidad 360”, que contempla la presencia de 300 agentes de Serenazgo de la Municipalidad de Lima que brindarán seguridad en esta caótica zona, no se da abasto. Los propios agentes de seguridad de los comercios tienen que hacer las veces de guías y de policías ante la ausencia de la autoridad.
A esta situación se suma la irresponsabilidad de los ciudadanos que a pocas horas a la Navidad salen a comprar regalos con niños en brazos y hasta ancianos en silla de ruedas.
Y tal parece, que a 18 años de la tragedia que dejó a 291 familias de luto la noche del 29 de diciembre de 2001. Nada se aprendió. Aquí los techos de los edificios continúan siendo una bomba de tiempo. Cajas y elementos inflamables se aprecian en este sobrevuelo de drone en la galería la Mina de Oro.
Cientos de ambulantes han hecho del jirón Hipólito Unanue su territorio. Pese al enrejado del emporio comercial de Gamarra también se registra la presencia de ambulantes. Los alrededores de la prolongación Huánuco y la avenida Aviación son azotados por el congestionamiento vehicular. Una situación que se repite en Lima Norte, donde camiones, tráilers, autos y buses pugnan por salir del cuello de botella. Aquí no hay hora punta. El caos se presenta durante todo el día.
